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Au Pied de Cochon celebró 25 años con una cena especial

Este año, el aclamado restaurante francés, Au Pied de Cochon cumple 25 años de trayectotia. Descubre cómo se celebró este acontecimiento.

Ubicado en el corazón de Polanco, dentro del hotel Presidente InterContinental, el restaurante Au Pied de Cochon celebró su 25 aniversario con una cena exclusiva que reunió a grandes personalidades en un festejo inolvidable.

Desde su apertura en el año 2000, este icónico restaurante francés no ha apagado sus fogones.

Pues ha mantenido sus puertas abiertas día y noche, para brindar una experiencia culinaria continua, que lo ha consolidado como un referente de la cocina francesa en el país. Su propuesta ha sido, desde el inicio, ofrecer platos clásicos a cualquier hora del día. Una característica que lo distingue entre la oferta culinaria de la ciudad.

Así, para conmemorar este cuarto de siglo, entre esculturas de hielo, copas de champagne, canapés y música en vivo, Au Pied de Cochon reunió a periodistas, sommeliers, familiares y amigos en una cena exclusiva de cinco tiempos. La cual corrió a cargo de Frédéric Lobjois, chef de casa, y Eduardo García, chef de Máximo Bistrot, Lalo! y Havre 77.

Un festín conmemorativo

El menú fue una oda a la cocina francesa, con el sello personal de cada uno de los chefs invitados. La experiencia comenzó con un Foie gras de pato en gelée de oporto, acompañado de chutney de higo, cereza a la mejorana y pan de especias, preparado por Frédéric Lobjois. Le siguió una Sopa de apionabo, chícharos y cherrys confitados, a cargo de Gerardo Ramos, chef de Havre 77.

El tercer tiempo, y sin duda el más celebrado de la noche, fue una Bouillabaisse tradicional elaborada por el chef Lalo García, con robalo y un mejillón relleno de moro. El cuarto tiempo presentó un Cerdo con col rellena, medallón fondante a la trufa negra e infusión de hierbas finas, nuevamente por el chef Lobjois. El dulce final fue una Trufada de chocolate y praliné, con ganache de cacahuate y crema de café.

“Muchas felicidades a Au Pied de Cochon por sus 25 años. Sin duda, trabajar en un restaurante —y más aún, mantenerlo vivo durante tanto tiempo— requiere de mucha pasión y una gran armadura. Por eso quise compartir un platillo clásico de la cocina francesa, algo noble, lleno de sabor y memorias”, expresó el chef Lalo García al presentar su platillo.

25 años sin apagar los fogones

La historia de Au Pied de Cochon se remonta a las calles de París en 1947, en el mercado de Les Halles, donde se hizo famoso gracias a su clásica y reconfortante sopa de cebolla. Así como por ser uno de los pocos restaurantes abiertos las 24 horas, una práctica que más tarde trasladaría a la Ciudad de México.

En el año 2000, Grupo Presidente trajo este innovador concepto a la capital mexicana. Desde entonces, se ha consolidado como un referente de la alta cocina francesa, no solo en la zona de Polanco, sino en todo el país.

El talento detrás de su cocina es Frédéric Lobjois, originario de París, quien descubrió su vocación a los siete años. Tras formarse en hoteles como el Royal Monceau y el Hotel Sofitel en Cannes, conoció al chef Guy Santoro, quien lo invitó a unirse al equipo de Au Pied de Cochon en México. Más tarde, su carrera lo llevó a Presidente InterContinental Los Cabos, donde estuvo al frente de las cocinas. Y, en 2012, regresó a la capital para asumir la dirección culinaria de uno de los restaurantes franceses más importantes del país.

Hoy, Au Pied de Cochon celebra 25 años de trayectoria, marcados por la constancia, la excelencia y el respeto por la tradición culinaria francesa. El restaurante ha sido reconocido con premios como el Grand Award y el Best of Award of Excellence por la revista Wine Spectator. Además, cuenta con la cava de vinos más grande de Latinoamérica, con más de 40 mil botellas, y forma parte de la Guía México Gastronómico: Los 250 restaurantes de México, que lo distingue como uno de los mejores del país.

Au Pied de Cochon no solo celebra un aniversario, sino un legado de sabor, hospitalidad y excelencia que continúa conquistando paladares, día y noche.