CDMX inaugura su primera tortillería comunitaria de maíz nativo
En el marco del Día Nacional del Maíz, celebrado cada 24 de septiembre, la Ciudad de México presentó la primera tortillería comunitaria de maíz nativo. La cual se encuentra ubicada en la Utopía Libertad, en Iztapalapa. El espacio, llamado Chicomecóatl, forma parte de un proyecto que busca reconectar a la ciudad con sus raíces. Así como apoyar a pequeños productores y ofrecer tortillas sanas, sin químicos, a un precio accesible.
El maíz nativo, también conocido como maíz criollo, es el que ha sido sembrado, cuidado y adaptado en distintas regiones del país, sin modificaciones genéticas. Por ello, a diferencia del maíz transgénico, el cual es alterado con químicos, el maíz nativo conserva su diversidad de colores, sabores, formas y nutrientes.

Del campo a las mesas mexicanas
Esta iniciativa, impulsada por el gobierno de la capital, encabezado por la Jefa de Gobierno Clara Brugada Molina mediante la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), forma parte de la Red Centli, una cooperativa integrada por 66 productores y productoras del suelo de conservación de la ciudad.
Estas personas no solo cultivan el maíz, sino que también lo transforman y venden, garantizando un canal de comercialización justo, sin intermediarios.
Asimismo, los maíces que abastecen esta tortillería provienen de comunidades como San Miguel Xicalco y Magdalena Petlacalco, en Tlalpan, donde se han resguardado las semillas por generaciones. Gracias a prácticas agroecológicas, las tortillas, sopes, tlacoyos, esquites y piezas de elote que se venden en Chicomecóatl están libres de agroquímicos y transgénicos. El kilo de tortilla tiene un precio accesible de $22, y la tortillería atiende de martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas, ofreciendo a la ciudad productos sanos y de calidad directamente del campo.
Durante la inauguración, la Jefa de Gobierno destacó que este proyecto marca un momento histórico para la ciudad, al unir directamente a quienes cultivan con quienes consumen. “Lo importante de esta tortillería es que trae el maíz nativo; el maíz milenario, como decimos: el maíz que es nuestra raíz. Y sin maíz, no hay país”, compartió.
Este modelo también impulsa la soberanía alimentaria, es decir, el derecho de los pueblos a decidir qué comer y cómo producirlo. Al consumir tortillas hechas de maíz nativo, se apoya al campo, se protege la biodiversidad y se garantiza un alimento de calidad para la población.
Por ello, estas iniciativas reafirman su compromiso con el país, su tierra y productos. Sobre todo con el maíz nativo como símbolo de identidad y justicia social.

